miércoles, 15 de febrero de 2017

Las Vendas de Raúl Pérez Torres


 

Descripción del relato

a)      Un hombre junto a una mujer, Juanita, están en un cuarto una noche, el hombre empieza a reflexionar sobre lo que está sucediendo en ese momento de intimidad entre ellos.  La mujer, Juanita, se está despojando de unas vendas sobre su cuerpo.  El hombre reflexiona sobre el pasado en común y pobre de ellos cuando eran niños en una ciudad de la sierra ecuatoriana, Quito (notado por la alusión al río que descendía del Pichincha y la Alameda). El hombre hace una reminiscencia de sus juegos de niñez.  El hombre luego regresa al presente, al cuarto donde la mujer, al parecer prostituta, no logra reconocerlo y cree de él un cliente más.

b)      El hombre ve una lavacara en el cuarto de la mujer, lavacara que las meretrices usan luego de la relación íntima con el cliente, y se recuerda de las aguas del carnaval de muchachos.  El escritor regresa al recuerdo de historias que compartían juntos, en medio de la escasez económica y sus intentos de ser vendedores ambulantes de globos en los carnavales. Revela al lector que el hombre la ha encontrado deambulando en los parques y ha contratado sus servicios para volver a verla una vez más.

c)       El hombre sigue asociando hechos actuales de la mujer con rastros del pasado. Ve a la mujer arreglando su ropa para lavar y se acuerda de como juntos se lavaban la “culpa original”, los recuerdos en la iglesia y la vida alrededor de ella destellando ingenuidad pura de niños inocentes y deseosos de una vida piadosa, sus travesuras infantiles y su complicidad.   El hombre sigue observando a la mujer en su cuarto y descubre al lector que la mujer ahora ya no tiene las curvas atractivas de antes, que engaña con los vestidos que trae encima a los clientes que la concurren aprovechando la oscuridad para ocultar un cuerpo ya casi cadavérico por la delgadez y la pobreza que ha cubierto a la mujer.

d)      El hombre sigue en el cuarto recordando a la mujer ya una niña avanzada en edad adolescente y cuando él empieza a desearla y la tuvo en su intimidad en una quebrada con la complacencia de ella.   Regresa el relato del hombre en el cuarto con la mujer y la describe con claridad ya envejecida y regresan sus pensamientos a recordar las veces que buscaban de jóvenes a tener intimidad escondidos del hambre y la pobreza en la que vivían. Describe el hombre la pasión juvenil de sus encuentros con la mujer traducida en versos y descubre que su alma se aprisionó en ella para siempre.  Que no podía olvidar las historias de ellos juntos soñando el mañana.  

e)      El hombre al final se descubre sufriente frente a la mujer que un día amó. Es bebedor, su madre ha muerto, su vida inestable y sin futuro cierto.  Ella un esperpento de mujer prostituida, envejecida y envilecida por la vida.

 Reconstrucción del orden lógico y cronológico de los acontecimientos  narrados

            1.    Juanita y el narrador se conocieron de niños, juntos compartieron en medio de la pobreza de sus respectivas familias en un sector pobre de la urbe quiteña. Jugaban juntos en el barrio, en sus calles.  Iban juntos a las quebradas a buscar zapallos, matas de toronjil, pepas de shanshi que las cambiaban en los mercados por jugos, entre las varias aventuras de niños que emprendían.

            2.    Seguían creciendo y juntos vendían globos para los juegos de carnaval, recogían helechos para llevar a la escuela, se peleaban con otros chicos.  

            3.    Solían ir a la iglesia a recoger agua bendita, rezar con inocencia.  Salían a comer dulces y melcochas juntos.  Eran cómplices en mentiras como cuando fingía enferma juanita para experimentar la ternura que nunca recibía de su familia.

            4.    El joven le regala a Juanita una trompeta destartalada y por esa época juvenil empieza a enamorarse de ella llegando a poseerse juntos en una quebrada y descubrirse amantes furtivos.  El joven quedaría prendido de la pasión que le despertaba Juanita.  Empezó a escribir versos y sus pensamientos nunca dejaron de desearla.

            5.    El narrador sigue creciendo y aprende oficios varios como forjador, tornero. Mientras el amor con Juanita crecía y trataban de pensar en un futuro juntos.

            6.    Ya adulto el protagonista y llevando una vida aparte, su mamá muere, se vuelve bebedor empedernido como su padre y tiene una vida inestable y solitaria, vive de un cuarto alquilando otro cuarto en otros barrios.

            7.    Juanita por su lado, se dedicó a la prostitución y ya envejecida engancha sus clientes por los parques de la ciudad cubierta de ropas que aparentan silueta, pero esconden un cuerpo escuálido sin belleza ni gracia.  Lleva a sus clientes a un cuarto de hotel precario.

            8.    Un día el hombre caminando embriagado se encuentra un día con Juanita por el parque la Alameda y se acerca a pedirle sus servicios, refresca los encuentros juveniles al verla y siente el fuerte contraste de lo que fue Juanita como compañía de su niñez: una pasión de su juventud con el cuadro de lo que Juanita estaba viviendo, quien a su vez no lo distinguía de ser un cliente más.

            9.    El hombre se lamenta inmensamente de ver a quien fuera un amor en su vida como una mujer acabada moral y físicamente y se pregunta en un monólogo interior: “por qué gladiadores caminos, por qué vastas soledades, por qué descabellados entuertos, por qué laberintos de múltiple pobreza venimos a dar a esta noche de espanto...”

             ¿Prolepsis/anticipaciones o analepsis/retrospecciones? 

El Narrador no entrega al lector un relato como una historia con una cronología secuencial de hechos.  En la construcción del cuento el autor hace uso consecutivo de la analepsis, de retrospecciones.  

La historia es contada por un narrador en primera persona, un hombre adulto, describiendo un momento que vive al encontrase con una prostituta acabada, y recuerda que ella fue una persona muy significativa en su vida desde su niñez y hace reminiscencias de su vida al verla.  En el relato el narrador realiza unas retrospecciones episódicas de cómo fue su relación con ella desde niños y luego jóvenes amantes.  Estas retrospecciones son insertadas en un monólogo interior que hace el narrador colocándolas en su relato como episodios que surgen en su mente mientras él sentado en la cama del cuarto contempla a la mujer despojándose de sus vestidos, de sus vendas como evento previo a la relación carnal que iban a tener.

Las correspondientes secuencias del texto serían:

-          Una relación de niños nacida de la vecindad del barrio en la urbe Quiteña de periferia social.

-          Un cariño que fue creciendo hasta volverse un amor juvenil.

-          Unos amantes furtivos que tratan de mantener su relación en medio del ambiente de pobreza y escasez que los rodeaba.

-          Unas vidas que cogen rumbos tristes como forma de vida.  Él un hombre inestable y bebedor, ella una mujer prostituida. Un ambiente sórdido los envuelve.

-          Un encuentro del hombre con la mujer se da en el ambiente de compra de servicios sexuales.  El hombre se horroriza de cómo llegaron sus vidas a vivir ese cuadro pobre y miserable. Lamenta profundamente en ver destruida moral y físicamente a la mujer que un día fue especial y única en su vida.

 

Pausas en la narración “Las vendas”

Son pausas en el relato, deteniendo el tiempo de la narración, los siguientes textos que usa el narrador para describir con más detalle las imágenes que poderosamente desea el escritor suscitar en la mente del lector:

 “a este cuarto donde sigues desmadejando vendas sin poder reconocerme en la penumbra mortecina que ha dejado tanto gesto repetido, tanto sudor de parejas precarias y marchitas que vuelven a la vida como un pequeño vómito, como un pequeño desliz, hipando a la muerte y a la resurrección entre dos carnes temblorosas”

 que te pondría paños frescos como los que te vas sacando mientras el puente se acorta y yo siento la desolación de dejarte ir sin haber atrapado tu concepto, culpable como todos de tu increíble desnudez, de tu secular despojo.”

 “esos senos ancianos que te llegaban a la cintura, esas fofas y desmadejadas nalgas puestas en libertad, esa sangre morada que se apretujaba a ti como una última venda, si hubiera tenido el valor de quedarme para darte mis recuerdos que te harían algún bien”

 “por qué gladiadores caminos, por qué vastas soledades, por qué descabellados entuertos, por qué laberintos de múltiple pobreza venimos a dar a esta noche de espanto”

 Elipsis en el relato

 Se encuentra una elipsis marcada en el relato cuando el escritor da un salto de tiempo en la narración, contando que el hombre y Juanita se amaban furtivamente y luego el relato sólo describe y muestra entre líneas que el protagonista y Juanita han caminado por senderos distintos en la vida, separados y que se han encontrado en una noche donde él ha solicitado sus servicios sexuales y ella no ha alcanzado a reconocerlo.  El escritor no explica en su relato cómo se llegó a tal estado en sus vidas: él ha llegado a ser un hombre solitario, bebedor, inestable; y ella una mujer deteriorada entregada a la prostitución callejera.  El relato deja a la imaginación del lector el deducir porqué los protagonistas se separan y llegasen a tal estado de deterioro en sus vidas.  

 Escenas de tiempo real de la historia

Si bien el relato es descrito como un monólogo narrado, y los diálogos entre los protagonistas no son desarrollados, se pueden identificar dos escenas donde el tiempo del discurso es más o menos equivalente al tiempo de la historia:

“vos abrías los ojos apesadumbrados y dejabas escapar estas palabras “mañana me he de morir, ¿no? mañana me he de morir”, entonces tu abuela hacía hervir agua en nuestro reverbero y te ponía paños calientes y te daba masajes en el corazón”

“donde vas desnudando tu esqueleto cansada de la rutina y de la angustia, de la densa y punzante falta de pan, aceptando esta penosa forma de culparme, diciéndome con una voz ronca que nunca conocía: “no se asuste amigo, de otra manera no engancho” y yo estoy paralizado al borde de la cama, entumecido de tus vendas fatales que se han ido enroscando en mi cuerpo Juanita, sin poder decirte que me cambié de barrio, que mi vida va siendo solamente un continuo cambio de cuarto, que mamá murió, que papá me ha pasado su copa como una herencia inigualable, que he logrado aplastar el futuro, aniquilarlo, responder al despojo, al desalojo de una manera estoica y babosa, y te miro Juanita al borde de una lágrima inútil como todo”

 

 Resumen en el relato

Las primeras frases de la narración en su introducción son un resumen de la obra:

“Yo no sé juanita por qué gladiadores caminos, por qué vastas soledades, por qué encabellados entuertos, por qué laberintos de múltiple pobreza venimos a dar a esta noche de espanto, a este espantajo de noche, donde te fuiste sacando las vendas ante el ojo perplejo y destartalado de una ventana de hotel y ante el patojo furor de este corazón que ya no suena.”

Una vez leído todo el cuento, se puede decir que el narrador empieza con un resumen de su obra con este primer párrafo y luego en los subsiguientes textos se dedica a explicar lo sucedido.   Las claves del resumen radican en:

 - La pregunta de inconformidad y frustración que se hace el hombre ¿por qué caminos venimos a dar a esta noche de espanto? muestra que la reflexión implica la idea de: qué hemos hecho de nuestra vida para estar en estos momentos tan desagradables cuando antes no lo eran así entre nosotros.

- El señalamiento de despojarse Juanita de sus atavíos en un hotel de mala muerte en esa noche indica su condición marginal y de prostituta.

- Indicar “este corazón que ya no suena” trae implícito que hubo un amor anterior en el tiempo entre ellos, o al menos del protagonista hacia ella, y en la actualidad ya no lo hay.

 

 Análisis en el relato

Toda la obra es en realidad un análisis que hace el protagonista, quien es el narrador en primera persona realizando un monólogo a lo largo del relato, donde el tiempo del discurso es mayor que el momento del encuentro del hombre mismo con Juanita, la prostituta, en un cuarto de hotel.  El protagonista está observando desde el filo de la cama a la mujer mientras esta se va desvistiendo, y mientras la observa en su mente empieza a lamentarse de lo que está viviendo en ese momento, y se pone a pensar y a recordar toda la relación que los unió con anterioridad desde niños y jóvenes.  El lenguaje abordado a lo largo del análisis que hace el narrador es con el uso frecuente de metáforas como recurso para describir el presente y el pasado vivido entre ellos.  El cuerpo de la obra se construye bajo un análisis que hace el narrador-protagonista desde que empieza hasta que termina el relato.

Puntos de lectura

“…hay una ciudad que debe seguir teniendo esquinas y sitios para la vida a pie. Lugares con sombra y luz, con ajardinamiento, para quedarse ...