![]() |
Pexels-Cottonbro |
A ti, manzana verde, en las tardes de aroma azucena
observo plácido tu cuerpo en nuestra casa de madera,
recorriendo el lago azul de tu cintura costera
tu mirada angelical me dice: “ven, no detengas”.
Dibujo una suave sonrisa, y pido al cielo que no me
muera.
Trinan mis labios una melodía celestial,
pero el frío atardecer anuncia un mal.
Un llanto desesperado acerca el final,
un adiós, unas flores marchitas adornan el cenizal
de nunca más tenerte, y de sólo guardar un suspiro
fatal...
Noviembre 2013
No hay comentarios.:
Publicar un comentario