Bertha Mendoza Mera, es una autora ecuatoriana, manabita nacida en el
recinto Peminche del cantón Santa Ana. Nació el 25 de agosto de 1929.
Casada desde 1960 con Luis Tapia, madre de cuatro hijos, Lira, Enrique,
Lupita y María. Dos de sus hijos, Enrique y María, la acompañan hoy desde
el cielo. Se desempeñó en sus primeros años como normalista docente graduada
del Colegio Nacional Rita Lecumberri. Con su familia emigró a los Estados
Unidos de Norteamérica en el año 1968. Allí culminó sus estudios
universitarios licenciándose en Artes Liberales y obtuvo además su grado de
Máster con especialidad en Literatura Hispanoamericana. Combinó sus
actividades de maestra con actividades de inversionista en bienes raíces. Es
miembro de Who is who in California, institución honorífica de personas con gran talento, visión y espíritu pionero. Ha publicado libros de poesía, ganadora de premios en sus publicaciones, ha participado en recitales poéticos internacionales, y ha incursionado en la narrativa con libros de cuentos.
Desde Yorba Linda, California, donde se radicó con su familia, es creadora y presidenta de la agrupación Quinta Región del Ecuador, impulsando actividades en la mejora de la comunidad inmigrante a través de su Fundación Lubertha. Ha recibido méritos y condecoraciones en el Ecuador y en el extranjero por su ardua labor benéfica y aportes a comunidades y a actividades relacionadas con el arte y la cultura. La Asamblea Nacional del Ecuador en el 2013 le otorgó la condecoración Matilde Hidalgo de Procel al Mérito Cultural. (Asamblea nacional, 2013)
Actualmente radica en su
retiro en Manta junto con su esposo, desde donde sigue activa en la promoción
del arte, la cultura y el desarrollo de actividades benéficas y sociales.
Las publicaciones
de la autora enriquecen el compendio de obras poéticas en la producción
nacional.
Los libros Flores de Otoño, Memorias del silencio
y Vorágine de Gritos compilan un trabajo de más de
ciento cincuenta poemas desarrollados por la autora desde el año 1996. Su
primer trabajo con el poemario Flores de Otoño ganó
el primer lugar en concurso de poesía de la casa de la Cultura en Long Beach,
California. El poemario Vorágine de Gritos
obtuvo el Premio Caza de Poesía Moradalsur 2001, evento que realiza la edición
y difusión de la poesía escrita en español en los Estados Unidos. Ha
publicado numerosos poemas en periódicos nacionales y en revistas
universitarias de los Estados Unidos. Sus poemas han sido recogidos en
varias antologías nacionales y en países como México y España. Estos
poemas la han llevado a formar parte de escritoras latinoamericanas con
encuentros en México, Estados Unidos, Puerto Rico, España, Cuba y Perú.
Su trabajo y los temas abordados en su poesía han dado un impulso a la causa de
los derechos de género.
La autora realizó
un ambicioso proyecto de recopilación de perfiles biográficos de compatriotas
emigrantes alrededor del mundo. El trabajo publicado se denominó Who is Who (Quién es quién) Ecuador en el mundo. Esta obra descriptiva, con
minibiografías redactadas en términos llanos y claros, en español y en inglés,
es una labor de gran esfuerzo y con un gran aporte generacional de un fenómeno
social de movilización que ha vivido nuestro país en los últimos decenios. Resulta
interesante ver los alcances logrados de destacados migrantes en el extranjero.
La obra publicada por la autora es un gran aporte de mostrar un puñado de los
miles de talentos humanos de ecuatorianos alrededor del mundo.
Entrevista
La autora me recibe
en su domicilio para realizar esta entrevista. Son las 4 de la tarde
cuando empezamos este diálogo. Estoy frente a una mujer notable que con
86 años sigue pensando que debe seguir escribiendo. Sus inicios como
escritora han sido en poesías, un libro de cuentos y está próxima a terminar
una novela. Y vamos a conversar sobre su obra de cuentos publicado en el 2011, Vivencias de desde esta orilla.
https://drive.google.com/file/d/0B_aV2K3iiZylMVlyYjVia01hbGc/view
Vladimir Zambrano (V.Z.): En su
infancia Qué cosas atraían su atención aparte de la lectura y las letras
Bertha Mendoza
(B.M.): Como yo fui nacida en el campo a mí me atraía la atención los pollitos
cuando nacían chiquitos, eso era hermoso para mí y también las plantas.
VZ.: Siempre hay algún evento
que precipita algo en nuestra vida, algún hecho circunstancial que me lleva
encontrarnos con algo dentro de nosotros mismos ¿sucedió algo usted antes de
empezar a escribir?
B.M.: Cuando yo era
pequeña sentía que mi papá no me quería mucho a mí porque era mujer y él quería
varones para que le ayuden hacer sus trabajos, sin embargo, él fue un gran
padre, lo quiero mucho, pero yo en ese sentido me sentía un poquito aislada eso
parece que me trajo deseo de escribir, de escribir algo.
V.Z.: ¿Cómo descubre entonces
de ahí usted su inclinación por la escritura? ¿Cómo sucedió?
B.M.: Pasó mucho
tiempo, me casé tuve mis niños, y hubo problemitas en el matrimonio.
Quise estar otra vez sola y luego estuve como 9 años sola, luego me vuelvo
a casar con mi esposo actual, son 57 años de matrimonio, y durante ese tiempo
quise escribir, sentía en realidad un ansia que no la puedo explicar, pero
quería irme de esta tierra, de este suelo terráqueo y mi inclinación era volar,
irme lejos y así lo he sentido, me iba espiritualmente y volaba, no estaba aquí
en la tierra y ahí empecé a hacer mis versos.
V.Z.: ¿Qué edad tenía usted?
B.M.: En ese
tiempo que empecé hacer esos versos tenía unos 30 años luego, cada vez
escribía, no los coleccionaba, pero después que me fui a los Estados Unidos ya
una señora de 40 años que estaba en la universidad y allí había talleres
literarios, entonces fui a un taller literario que mi profesor me mandó y me
gustó mucho. Nosotros escribíamos, leíamos, indicábamos lo que leíamos y
yo empecé a escribir también. Así empezó mi primer libro después de que había
escrito algunos poemas hice mi primer libro. Me acuerdo de que me
invitaron para que fuera miembro de la casa de la cultura de Long Beach, allí
se hacían los concursos literarios y me gustaron, después al siguiente año yo
escribí un poema y el mío salió con el primer puesto.
V.Z.: ...Y ahí empezó ya la
carrera literaria como tal...
B.M.: Después me
nombraban jurado, porque creían que tenía bastante talento.
V.Z.: Ah ya... eso en Estados
Unidos. De las obras que usted leyó en esos tiempos, de autores ¿cuál le
cautivó a usted la atención? ¿Qué tipo de obras?
B.M.: A mí me gusta
muchísimo la obra del chileno que se llama Neruda y de Gabriela Mistral.
Esos me gustan mucho, hay otros de México también, de España he leído
mucho, pero Gabriela Mistral me encantaba, porque ella escribía para los niños
con mucha dulzura, y de Pablo Neruda lo siento muy tierno al hablar de la
mujer.
V.Z.: Los géneros literarios
que usted ha producido cuando ha escrito ¿cuáles han sido?
B.M.: Empecé
escribiendo un cuento, me parece que se llamaba Abel, y ese cuento lo escribí
porque yo tuve un hermano que se llamaba Julio, era lindo, hermosísimo, pero se
enfermó y más tarde murió. Yo estuve con él desde Joven, sé lo que sufrió
y eso me da mucha pena, siempre pensaba en eso y escribí ese cuento, ese fue mi
primer cuento.
V.Z.: ¿Qué otras obras más de
géneros literarios ha realizado?
B.M.: Los poemas,
la poesía, también empecé a escribir novela, tengo una novela empezada también,
vamos a ver que produciré más tarde, pero la poesía me ha gustado mucho.
V.Z.: ¿Qué rasgos de su vida
son los que usted quiere mostrar con su obra? (el libro de cuentos) ¿Hay
rasgos de su vida que usted quiero mostrar un poco con su obra?
B.M.: Oh sí, Claro
que sí, por eso en el libro Vivencias desde esta orilla
comienzo con las casona de los Mendoza, yo soy Mendoza y mis antepasados fueron
Mendoza. Se dice que una persona de apellido Mendoza llegó de España hace
muchos, muchos años y de ahí proviene la familia Mendoza, entonces escribo la
casona de los Mendoza y otros cuentos, otros pasajes y otros cuentos con los
que sigo así porque parece que mi abuelito, mi bisabuelo ha sido uno de los
personajes. Allí en sus cuentos hay nombres como Doña Juanita, esa era mi
abuelita, pero los he ubicado en tiempos ancestrales mucho más atrás, mi
abuelita sería en realidad mucho más moderna (...sonríe como recordando).
Entonces algo que se decía que a veces los sacerdotes tenían hijos sin
haberse casado, aquí está uno, también esa chica que tuvo buena suerte gracias
a Dios pudo por su padre mismo, que era el cura, haberla casado con un hombre.
V.Z.: Eso cuenta la historia,
pero ese hecho ¿fue ficción o fue realidad?
B.M.: Hay parte real,
tiene un poquito de realidad y fantasía...
V.Z.: ...La fantasía propia del
cuento...
B.M.: Entonces hay
mucho, mucho en esas obras, por ejemplo, el Poeta Laureado era una persona
real, si usted lo lee si tiene algo de fantasía, pero el poeta laureado era un
peluquero. Cada cuento tiene su vivencia en realidad
V.Z.: Por eso el nombre de la
obra es vivencias desde esta orilla. En una ocasión Gabriel García Márquez hablaba
con Neruda y le decía que él sentía que de alguna forma escribir novelas lo
alejaban de la realidad, que el de alguna manera quería volver a hacer lo que
él era, periodista, porque el periodista está cerca de la realidad y como
novelista cómo creaba algo, lo alejaba de la realidad. ¿Usted cree que también
le ha sucedido esto? ¿Qué opina usted?
B.M.: Yo creo en
realidad que los poetas y los cuentistas, bueno si se alejan de la realidad...
V.Z.: O de pronto los cuentos
sí la acercan a la realidad...
B.M.: Los cuentos
un poquito de todo, pero los poemas están más lejos de la realidad y en cuanto
al cuento yo pienso que sí hay más realidad qué fantasías, y si se aleja un
poquito uno, pero no es mucho, en poemas sí
V.Z.: Claro, también hay
cuentos mitológicos en la obra que los revisaremos, como por ejemplo un hombre
que se casa en el fondo del mar con la diosa Umiña (...sonríe la escritora).
Y eso es parte de la creación el alejarse de la realidad también es
bueno...
B.M.: La diosa
Umiña existe, pero la hemos hecho casar.
V.Z.: En el cuento de la
casona de Los Mendoza muestra entonces un poco de la realidad de lo que se
vivía en ese entonces en Peminche, como por ejemplo que los hacendados
conseguían para para sí doncellas pagando dinero, entre otros detalles de costumbrismo
que muestra el cuento ¿ese cuento muestras realidades...?
B.M.: Sí, por
ejemplo, cuando yo era bien pequeñita alcancé a conocer un señor que compraba a
las mujeres más bellas por 100 sucres. Ese señor era muy rico, tenía una
hacienda que se llamaba Santa María, allí tenía una capilla, él era una buena persona,
pero tenía muchas mujeres.
V.Z.: Bueno eso está reflejado
en el libro que ese hombre rico tenía un empleado que le buscaba las doncellas,
luego se enamora de esta joven que le llegó servirlo a atenderlo. Hay un
cuento que se dice Mis noches favoritas, ese cuento está narrado en
primera persona, el cuento de la casona de los Mendoza está narrado en tercera
persona, un narrador sobre una historia, ¿qué tanto es realidad de
experiencias suyas de niña? ¿qué tanto es ficción en ese cuento?
B.M.: Le cuento que
esto es tomado de la realidad, pero yo diría que un 70% es realidad, el resto
es fantasía, porque por ejemplo que nos íbamos a la casa de la tía Amalia,
nosotros íbamos y ella nos daba una taza de café y empezaba ella a contar los
cuentos, eso es verdad yo era una niña chiquita, de unos 9 años con mis
hermanitos íbamos allá y pasaba feliz, me gustaba ir por escuchar los cuentos,
aquí yo cuento que con mi hermana quisimos hacer lo que oímos en el cuento de
la tía Amalia el gigante con espada y en esto mi mamá nos vio, ciertamente es
verdad y nos castigó porque mi hermana lloró, entonces esto es verdad, por eso
le digo que este cuento si tiene parte de verdad.
V.Z.: ¿Y cuál parte de esta es
ficción, de la ficción creada por la autora?
B.M.: La ficción en
realidad es la parte última donde dice mamá: “nunca más iIrán donde su tía
Amalia” eso no fue verdad, “esos cuentos las desquician, póngase a trabajar”
esa parte no fue verdad de que ella dijo que no fuéramos más.
V.Z.: Hay un cuento en la obra
que es La novia perfecta ¿qué carácter trató usted de mostrarle al
lector que tiene ese hombre? según el cuento con 35 años nunca ha tenido una
novia.
B.M.: En realidad
este hombre era un perfeccionista, quería encontrar una mujer perfecta, a quien
amaría toda la vida, pero no la había encontrado, entonces él se iba a caminar
a la playa para ver la Inmensidad del cielo, las estrellas, porque aquí no
encontraba nada, él no quería casarse con cualquiera sino con una persona, con
una mujer, que lo amará para toda la vida y él quería que ella fuera perfecta
pero no encontró nunca, por eso se pasaba meditando, caminando en la playa,
viendo el mar, la Inmensidad del océano el infinito, para ver si hallaba una
contestación a su respuestas. Y yo no sé si él soñaba o fue cierto que las
estrellas le señalaron el mar, entonces se quedó a orillas del mar hasta que
llegara la mujer perfecta desde el fondo del mar.
V.Z.: Hay un cuento Quiero
verte madre, allí usted escribe un poco del drama del migrante, hay
diálogos entre la madre y la hija, y hay un diálogo que le quisiera pedir que
lo podamos revisar en la obra, donde usted escribe literalmente así: “¡tengo
que huir, tengo que huir! ¡y tengo que salvar la trinchera!” ¿Son palabras de
la madre o de la hija?
B.M.: Es la hija
quien dice tengo que huir, ella está como señala entonces, está primero
hablando con su madre o sea no es realidad, ella habla a la distancia con la
madre que duerme, la hija y la madre están “conversando”. Esto en
realidad es la realidad, hay mucha gente que pasa la frontera y que sufre
mucho, unos mueren otras mujeres quedan en cinta, hombres muertos, en fin, es
una tragedia tremenda para la gente que pasa la frontera, los coyotes que les
ayudan a pasar son gente bastante sin alma, y eso me duele a mí, me dolía, por
eso es que escribí el cuento.
V.Z.: El cuento Paco Monteverde
que está al final del texto usa del recurso del flashback que está relatando
algo y va para atrás y regresa
B.M.: Exactamente.
Nosotros le llamamos a esto un cuento circular.
V.Z.: El estilo usado en esa
narrativa es diferente a los anteriores cuentos, se construye con mucho diálogo
la historia. A veces me resultó leyendo, un poco confuso hilar el sentido del
relato, se me iba a una imagen con otra, hay una parte que habla de un delirio
y ¿es delirio lo que cuenta el protagonista del cuento sobre Raquel sobre la
mujer al detective?
Paco Monteverde era
casado con esta chica que era bellísima y él la quería muchísimo, era su
esposa. Lo que resulta es que ese muchacho quería una mujer que fuera
como de los años del siglo 17, donde la mujer obedecía más al hombre, el hombre
llevaba las riendas de la casa, etcétera, etcétera. Por eso él consiguió un
robot para que le enseñara cómo debía comportarse con él y en la casa, a la
chica no le gustaba eso de que tenía que decirle esa máquina, odiaba la
máquina, entonces lo abandonó porque no quería estar con un hombre de la mente
del siglo 17. Voy a narrar un poquito más el cuento, lo que pasa es que a
Paco Monteverde se le fue su adorada esposa Raquel y él se quedó solo,
desesperado, y llamo al amigo de él, que era un científico y el científico le
dijo: Yo te hago una igualita, una mujer igualita, y si, una noche se la mandó
temprano, le tocó la puerta y ahí estaba, ese era un invento de su amigo, quién
le ayudó para que no sufriera tanto por su esposa, sin embargo ni se acordó,
creyó que era la esposa que se había regresado y que ella era que estaba
arrepentida, la robot actuaba igualito que su esposa, era igualita y ella sabía
bien qué era el esposo y todo lo que el esposo le gustaba, ella le hacía todo,
en el amor y en todo.
V.Z.: El encuentro con el
detective es porque...
B.M.: El detective
lo recogió de donde lo dejó la robot. Acuérdese bien que él le pide un hijo,
Raquel que era la robot porque como que se olvidaba que ella no era su
verdadera esposa que estaba con una robot, pero ella le dijo a él que después
de cien años se lo podría dar cuando la el hombre descubriera otras cosas más
para que los robots pudieran tener hijos entonces se lo daría. Serían como cien
años más, y entonces él se disgustó porque dijo que quién era el que le iba
hacer el hijo, que no era él porque en ese tiempo él ya no viviría, ya tenía
algunos años, entonces se disgustaron y la robot lo cogió y lo abrazo
bien fuerte porque la había insultado diciéndole que era otro el que iba a ser
ese hijo, y él ya se moría y se ahogaba, y se acordó de que era un botoncito
nomás que no era la esposa verdadera y aplastó otro botón de la desesperación
que la mató y la quemó ella, se quemó y él se quedó medio muerto ahí tendido. Y
entonces viene la autoridad, lo recoge a él se lo lleva al hospital y él está
hablando con el detective que mandó la autoridad para que descubra qué cosa
había pasado, quién lo había hecho. Ahí es donde él habla con el
detective y él le cuenta todo el detective. O sea que el cuento comienza por el
final, usted ve al detective hablando con el entrevistado, con Paco Monteverde,
porque él ya está mejor, está en la cama del hospital y ya ve que él ya puede
hablar con el detective, y cuando ya supo el bien todo el detective se fue y él
se quedó allí.
V.Z.: En el cuento de Los
taxistas hay el relato y hay un diálogo que se construye con el lenguaje
propio de la costa, el diálogo decía así: “er gringo medio asustao, pero
preñao de curiosidá me pidió que acelerara el auto para ver qué era ese burto
luminoso”. Cuando usted lo escribe así en vez de decir “el” le pone “er”,
en vez de “bulto” le pone “burto”, esa técnica narrativa ¿usted la hace
deliberadamente para buscar adentrarnos en el señor que está hablando?
B.M.: Sí en los
personajes los personajes son los que hablan, no hablo yo, por eso tuve que
escribir así, porque son las personas los que decían. A mi esposo no le
gusta mucho esto porque dice que como yo una mujer culta voy a hablar así, yo
le digo no soy yo son los personajes (risas).
V.Z.: En el cuento El amor
que emergió de las aguas ahí hay varios elementos entre estos se nombra al
Tahuantinsuyo ¿qué elementos, qué recursos usted ha utilizado para hacer ese
cuento tan bonito, para hacerlo como un cuento como mágico?
B.M.: Sí
exactamente, he usado la historia la creación del Tahuantinsuyo, cómo se
casaban los príncipes acá con las princesas shirys y entonces un poquito
parecido a lo que dice la historia, pero como es cuento yo inventé cosas
inmensas: que la mujer lloraba porque acá no llovía y estaban muy pobres, que
han extrañado mucho a su princesa, etcétera, etcétera. También dice que habían
tenido cien hijos y lo último que pude decir es que desde allá tienen su
imperio en el mundo de los espíritus, donde a la gente que muere sus gentes
allá ellos la reciben, Es nada más que cosas de la imaginación.
V.Z.: En el cuento Lo que
nunca pude decirte, hay una mujer que es parte central de la historia, es
la protagonista, donde ella no podía decirle al hombre que lo amaba a su esposo
¿cómo usted logra esta historia?
B.M.: Sucede es que
son rancheros ellos de México, la cultura de ellos prohíbe que la mujer le diga
al marido o a nadie, a ningún hombre, que lo amaba, que lo quiere. Es un
lugar donde los hombres, sin que la mujer les diga te quiero, se las roban y
las ponen en el anca del caballo, se las roban y esas son sus futuras esposas. La
mujer nunca puede decirle al marido ni a nadie que lo quiere, eso es pecado.
Ella se casó con él, tuvo hijos, pero nunca le dijo te amo y sin embargo
lo amaba mucho. Pero después que él murió, primero que ella, tenía mucha pena
de no haberle dicho que lo amaba. Entonces se fue a su tumba y ahí le
confesó cuánto lo amaba, es parte de una cultura de los rancheros mexicanos.
V.Z.: ...Que usted conoce o
viviendo en Norteamérica en California. En estos cuentos como el que acabamos de ver Lo
que nunca te pude decir, el de la hija que está siendo atacada en la
frontera muestra un poco del perfil suyo como mujer migrante, una ecuatoriana,
una manabita que viaje al exterior, pero no sólo se queda allá usted a
trabajar, si no que usted mira el entorno, y de alguna forma es sensible al
entorno. Eso es una de las características que tiene el escritor, que es
sensible al entorno. ¿Cómo explica usted esa sensibilidad suya?
B.M.: Bueno en
realidad uno nace como es, pero yo soy muy sensible a las cosas que pasan cerca
o lejos de mí. Soy muy sensible, mi mundo es muy grande, no es solamente
mi familia a quien amo con todas mis fuerzas, pero son todos todas las personas
en las distintas culturas, todas ellas son parte mía también, por eso me dolía
mucho eso de que los emigrantes de Centroamérica, de México y otras partes del
mundo sufren tanto cuando pasan por las fronteras, eso me dolía el alma.
V.Z.: En el cuento Ramira el
personaje que es una mujer, usted la describe con “una mujer de cabello largo
que le llegaba a las caderas”, en el cuento de la casona de los Mendoza,
Angelita, que también es protagonista del cuento, era también una chica que la
describe también con el cabello largo hasta la cintura, ¿por qué ese énfasis
del cabello largo y de la mención de las caderas, de la cintura?
B.M.: Primero
porque las dos son jóvenes, pero son del campo, no son de la ciudad y en esos
tiempos la cultura era que la mujer tuviera su pelo largo, entre más largo.
Yo tuve una tía, hermana de mi papá, el cabello le llegaba hasta los
tobillos, se llamaba Amalia.
V.Z.: En el cuento Petra
también escribe de Petra como “una mujer de pelo lacio negro cayendo vertical
aplomo hacia la prominencia de las caderas”
B.M.: ¡Exactamente!
V.Z.: ¿A quién va dirigido? ¿A
quién pensó que, como autora, debe ir dirigido este libro de cuentos?
Bueno yo quisiera
que el cuento fuera leído por la juventud de ahora porque aquí hay bastantes
cosas del pasado, bastantes costumbres del pasado. Eso si ellos leen,
están viviendo unos años pasados en la historia, historia de las culturas
pasadas. Y la cuestión también del paso de los emigrantes de América del
Sur, de México hacia los Estados Unidos que es muy conocida y me gustaría que
alguno se lean el cuento y sepan que así se sufre en ese paso. Hay muchas
otras cosas como por ejemplo el cuento de este muchacho Paco Monteverde que apareció medio muerto y también
hay ahí dos culturas, como él quería ser del siglo 17 y la otra muchacha
moderna, que no compiten las dos culturas, quisieron hacerlo, pero no pudieron,
dos culturas en oposición. Esas cosas son las que uno piensa cuando se va
la mente a divagar.
Vivencias desde esta orilla:
Cuentos de costumbres, historias de vivencias con mezclas de realidad y fantasías
La autora, además
del trabajo literario en poesías, es escritora de cuentos con una narrativa
descriptiva y creativa, abordando hechos fantasiosos, historias con personajes
pintorescos y muy propios de nuestro medio, relatos de tristezas y cuentos de
historias de lucha y dramas de vida. Estos cuentos han sido compilados en
su libro Vivencias desde esta orilla, publicado en el año 2011.
Bertha Mendoza aborda en esta obra una serie de pensamientos con mezclas
de recuerdos de vivencias en las campiñas de su tierra, de las playas de
su región, de la vida en el extranjero, y otros pensamientos que viajan a
lugares remotos de su imaginación envuelta en magia.
Construye su libro,
compilando los cuentos en tres grupos: El primero lo denomina Con sabor a río desbordado y a mango maduro, el
segundo bloque de cuentos Con olor a mar y a sirenas, y el tercer grupo de relatos se denomina Semillas de brisas lejanas. El primer segmento
de cuentos aborda tres relatos enmarcados en los paisajes de las campiñas manabitas,
son relatos con un marco bucólico y tienen como génesis de su creación
vivencias muy propias de la autora, que se denomina a sí misma como nacida en
el campo. Aquí hay reminiscencias familiares de la autora.
Construye sus relatos con una mezcla de realidades vividas y fantasías
propias para la creación del cuento, como el señalar que el Conde Mendoza con
su esposa Angelita procrearon cien hijos (Mendoza, Vivencias desde esta orilla,
2011, pág. 27). El segundo segmento de cuentos está situado en el plano de la
región costera, lugar donde la autora viviría buena parte de su vida. En
este segmento relata cuatro cuentos, unos con toques de humor como la historia
del Poeta Laureado, un bardo loco (págs. 41-43), hay una historia romántica de
una chola y un cholo pescador denominado: Petra (págs. 55-57), y en un relato
describe el matrimonio de la diosa Umiña con un mortal (pág. 52). El
tercer segmento de narraciones de libro aborda seis cuentos con mezclas de
historias vividas de emigrantes al país del norte contando desdichas, escenas
duras, otras de finales inciertos y otras con finales felices. En uno de
estos relatos la autora desarrolla una obra de ficción con tinte policiaco,
describe robots, detectives y hace de la historia una metáfora de las
frustraciones que producen el intento de depender de la tecnología en el mundo
del hombre contemporáneo. (págs. 85-96).
En la narración usa
un lenguaje accesible para el lector, no abusa de palabras rebuscadas o
cultismos para su relato, como sí los encontramos en sus poesías. En
varias narraciones realiza descripciones de sus ideas con la imagen de símbolos
y metáforas. La autora forma en la mente del lector, haciendo uso del
recurso de la prosopografía y la etopeya, los retratos morfológicos y morales
de sus personajes, usando muchas veces una prosa poética en estas
descripciones. En los cuentos los temas son abordados con brevedad, pocos
personajes, diálogos concretos, descripciones intensas. Sus cuentos
pueden considerarse como populares, incluyendo leyendas y mitos, y como
literarios por abordar temas románticos, humorista, reminiscencias y de ciencia
ficción.
El libro Vivencias desde esta orilla es la creación literaria
de una mujer migrante, ciudadana del mundo que narra desde esta orilla del
continente sus múltiples formas de percibir ese mundo que ella conoce desde
otras orillas, contando costumbres de raíces de sus tiempos de antaño, contando
hechos contemporáneos de expatriados que luchan por salir adelante y
contándonos también cuentos fantasiosos con velos mitológicos y de ciencia
ficción.
DISCUSIÓN
¿Qué le da a una
obra las características de literaria? ¿Por qué este conjunto de cuentos, no es
solo un cuerpo de relatos impresos en un libro, solamente y esto no implica que
sea obra literaria?
La respuesta parte
de algunas variables. La autora conoce de las letras, las estudió en
instrucción superior en los Estados Unidos de Norteamérica, con el grado de
Magister en Literatura Hispanoamericana. Pero esto no es suficiente para
asignarle a una obra su carácter literario. Es necesario reconocer que
lenguaje utiliza, si se aparta del lenguaje llano y automático para comunicar
sus ideas, usando un lenguaje construido, elaborado y extendido para usar
formas que comuniquen mensajes visibles y más allá de los visibles.
La obra narrativa
de Bertha Mendoza es escrita con prosa poética, en la autora hay una vertiente
poética muy fuerte (la mayoría de sus publicaciones son poesías).
Comunica sentimientos en sus escritos y es capaza de conmover al lector.
La obra también tiene tientes de humor y los diálogos realizados en varias
lecturas tienen la capacidad de trasladar al lector al plano inmediato donde
están sucediendo los hechos.
La obra Vivencias
desde esta orilla, es una obra literaria abierta a la crítica y al análisis,
digna de ser relatada, contada, e inclusive dramatizada.